Antes de hablar del mundo de los sueños, primero debemos entender que pasamos una tercera parte de nuestra vida durmiendo.
Dormir tanto no es solo un requerimiento físico para recargar energías, sino que también espiritual, pues nuestra alma viaja para recibir variados mensajes, que tienen por finalidad la revelación del propósito de vida.
Los sueños son mensajes del mundo de los cielos
y nunca deben ser entendidos de forma literal.
Pues los sueños se producen en los mundos superiores, donde la lógica del lenguaje no es el mismo que el de este mundo. Una prueba de esto es que soñar con serpientes es abundancia o experimentar la muerte significa necesidad de transformación. De hecho, soñar que hablamos con un desencarnado significa que nos hemos reunido con esta alma y esta reunión es necesaria para nosotros a modo de advertencia para poder crecer espiritualmente y conectar con el propósito. Por algo el dormir se le conoce como la experiencia de vivir la muerte sin morir.
Un último punto es determinar un mal sueño y una pesadilla. Estas últimas se explican porque al despertar hay una sensación de cansancio extremo e incluso cayendo en terrores nocturnos. Un mal sueño se entiende con experimentar eventos desfavorables en el mundo onírico, pero estos no se deben entender de forma literal y muchos de ellos esconden secretos muy positivos para el alma humana. Recuerda lo de soñar con la serpiente que es abundancia y se dice que si te muerde es más abundancia aún.
Escrito por Diego Lavín (@diegoangelorum)